5 formas en que tu uniforme quirúrgico puede mejorar (o arruinar) tu postura

5 formas en que tu uniforme quirúrgico puede mejorar (o arruinar) tu postura

Pasas horas de pie, corriendo entre pacientes, agachándote, escribiendo, cargando. Tu cuerpo es tu herramienta de trabajo… ¿y tu uniforme, lo está ayudando o perjudicando?

El uniforme que usas debe trabajar a tu favor, no en tu contra. Por eso te dejamos estos tips para identificar si tu uniforme cuida tu postura… o la está dañando poco a poco:

 1. Elige una cintura que te abrace, no que te apriete

Un pantalón con jareta + resorte en la cintura distribuye la presión y te sostiene sin clavarse ni caerse.
Evita cinturas muy ajustadas o sin elástico, que comprimen el abdomen y generan tensión lumbar.

2. Fíjate en los cortes de hombros y entrepierna

Los buenos scrubs permiten mover los brazos libremente y doblarte sin tirones.
Si tu uniforme te jala de los hombros o se tensa al agacharte, estás forzando tu cuerpo todo el día.

3. Evita costuras que irriten o rocen

Las costuras planas y bien posicionadas previenen rozaduras en axilas, cuello o muslos.
Costuras gruesas o mal ubicadas provocan molestias que afectan tu postura sin que lo notes.

 4. Usa telas que respiren contigo

Un buen uniforme antifluidos y transpirable mantiene tu temperatura estable y reduce tensión corporal.
Si sudas mucho o sientes la tela pesada, tu cuerpo lo compensa con posturas incómodas.

5. Que se adapte a ti, no a él

Cada cuerpo es diferente. Busca scrubs con cortes anatómicos y tallas pensadas para cuerpos reales.
No te conformes con tallas “genéricas” que te obligan a caminar tensa o jorobada todo el turno.

En conclusión un buen uniforme quirúrgico puede prevenir dolores de espalda, mejorar tu postura y hacerte rendir más